Feliz Navidad
Estimados padres de familia y colaboradores,
Sirva el presente para alcanzarles nuestro afectuoso saludo en estas fiestas de Navidad y Año Nuevo, convencidos de que es tarea impostergable de todo adulto responsable el reconocer el enorme impacto que su ser y actuar en el día a día causa en la consciencia de los más jóvenes. En ese sentido, el mejor regalo para aquellos que nos miran desde su infancia y años mozos es el ofrecernos como referentes de ecuanimidad, perseverancia, decencia, lealtad, gratitud, gozo y entrega en las tareas que emprendemos.
Ecuanimidad, que sirva de contrapeso a los modelos de desborde emocional que a diario observamos.
Perseverancia, para que de manera vívida reconozcan que no puede haber éxito alguno sin el trabajo sostenido, sin el ejercicio diario del pundonor en las tareas que acometes.
Decencia, que nos lleva actuar con decoro y nobleza aún en momentos de incertidumbre. Los niños y jóvenes solo aprenderán de la decencia si la viven.
Lealtad, para alinearse con sus creencias y principios, con sus referentes y mentores y sobre todo aprendan a ser fieles a sus convicciones.
Gratitud, considerando que desde ya la vida en sí misma es una gracia que no buscamos y que nos fue dada para que cobre sentido en la entrega a un objetivo o fin que nos trasciende.
Gozo, disfrute, sentido del humor, dicha en cada emprendimiento, para tratar de mitigar el sostenido aburrimiento de los chicos a pesar de todos los disfrutes que el mundo de hoy ofrece. Parece claro que el exceso de exaltación y bullicio no es el camino del goce auténtico.
En fin, con estos regalos esperemos alimentar en el imaginario de todos la necesidad de una vida más calma, auténtica y en paz.